Los Masones han tenido una reputación variada, con saludos secretos, acusaciones de nepotismo, intimidación y represión. A pesar de esto, la organización sigue atrayendo a millones de personas en todo el mundo.
Una Francmasona dijo: “Al principio me pareció extraño, pero luego empecé a comprender de qué se trata. Puede volverse bastante adictivo”.
En México, durante 200 años, solo los hombres podían unirse a la Masonería. Sin embargo, en el siglo pasado, esto cambió gradualmente. Actualmente, aunque algunos grupos Masónicos en decadencia aún no aceptan a las mujeres, cada vez más logias están abriendo sus puertas y trabajando juntas.
Es interesante ver cómo hombres y mujeres deciden reunirse regularmente para compartir valores similares en lugares especiales y seguir rituales establecidos. Algunos practican estos rituales con más o menos respeto y adherencia a las normas. Los Masones se esfuerzan por practicar virtudes y vivir según una moral en constante evolución.
La Masonería también tiene un componente político. Aunque algunos Masones evitan hablar de política en sus reuniones y no se promueven conspiraciones, la libertad de asociación que disfrutan en los países democráticos implica una dimensión política inevitable. Algunos Masones incluso han jugado un papel importante en la lucha por los derechos y la legislación.
Sin embargo, la Masonería no se adscribe a una ideología política en particular y no tiene como objetivo cambiar el mundo o la sociedad en su conjunto. Esa responsabilidad recae en todos los ciudadanos, ya sean Masones o no. Si la Masonería tuviera ese objetivo, se convertiría en un partido político.
La Masonería es más que solo política. También representa un retorno a los valores, la ética y la autonomía de la conciencia. Los Masones se apartan constantemente de la política y exploran la espiritualidad y lo inexpresable. En un momento en el que la política está pasando por una crisis de credibilidad, el enfoque apolítico de la Masonería puede ser visto como una garantía de eficacia.
El compromiso Masónico implica la confluencia entre un viaje personal único y la participación en una sociedad con distintos matices políticos. No hay un eslogan o una ideología única. A lo largo de la historia, los Masones han tenido compromisos diversos y a veces contradictorios. En diferentes países, algunos se han identificado como liberales, socialistas o republicanos, incluso encontrándose en bandos opuestos.
En resumen, la Masonería no se puede reducir a estereotipos políticos. Es una experiencia individual y diversa que va más allá de las etiquetas simplistas.