Una corriente ideológica que influyó en las precursoras del feminismo yucateco fue el liberalismo, difundido a través de las logias masónicas entre 1872 y 1911. Estas logias defendían la secularización de la sociedad y el laicismo, pero limitaban la participación femenina y creaban organismos tutelados llamados “paramasónicos”. A pesar de eso, esta situación llevó a las mujeres a cuestionar su posición en la sociedad.
En Yucatán, las logias masónicas adquirieron importancia debido a sus principios de razón, libertad de conciencia y tolerancia de cultos. Sus miembros pertenecían a las élites económicas y participaban en los debates de la prensa local. Con la llegada de Salvador Alvarado al gobierno, quien era masón, se inclinó la balanza a favor de las feministas en su lucha contra los conservadores y liberales moderados.
El vínculo entre la masonería y las precursoras del feminismo yucateco se explica por las relaciones personales y parentesco entre las mujeres y los Masones.
Algunas de estas mujeres, como Gertrudis Tenorio de Zavala, fundadora de la Sociedad la Siempreviva, y Beatriz Peniche Barrera, una de las primeras diputadas del país, tenían vínculos familiares con Masones destacados. También se destaca Elvia Carrillo Puerto, hermana del gobernador Felipe Carrillo Puerto y una impulsora del feminismo en Yucatán.
En el siglo XIX, Laureana Wright de Kleinhans, escritora y defensora de la educación femenina, se unió a la masonería, pero luego se alejó debido a la exclusión de las mujeres en los ritos masónicos.
A finales del siglo XIX, existían en México logias masónicas de mujeres, como el rito de Adopción o Masonería de Damas, patrocinadas por las logias masculinas. Sin embargo, estas logias fueron declaradas irregulares debido a presiones de logias extranjeras.
Aunque las mujeres en las logias estaban sujetas a tutelaje y tenían limitaciones en su participación, la masonería representaba un avance respecto a los discursos conservadores que sostenían la inferioridad de las mujeres. La instrucción y la industria eran valoradas por las “Hijas de Eva”, a diferencia de las congregaciones marianas que promovían la imitación de la Virgen María y la caridad.
En resumen, la influencia de la masonería en el feminismo yucateco se debe a las relaciones personales y familiares entre las precursoras y los masones, aunque la participación de las mujeres en las logias estaba limitada. A pesar de ello, la masonería defendía principios de razón, libertad de conciencia y tolerancia de cultos, lo cual contribuyó a cuestionar la posición de las mujeres en la sociedad.